Monday, May 07, 2012

The sound of music!

Comenzando la semana, día lunes, estaba en mi oficina buscando música online para escuchar, cuando de repente di con un playlist online que decía como frase: una radio que parece la banda sonora de John Hughes. Entonces me acordé que él fue el director de Mi pobre angelito y creo que de otras más.....en fin, busqué en mi fuente habitual (IMDB) y, sorpresa!, tremendo listado de películas que dirigió, en las que fue guionista, etc, etc. Buena manera de presentar una radio online temática, vinculando cine y música, industria cultural de consumo masivo durante los '80. Para interesados, aquí va la radio online. En la ventana verán que pueden browse genres y por otros campos descriptores de la música. Y siguiendo el tema de la música, me enteré en la mañana, vía radioBeethoven, que Rodgers and Hammerstein son los "padres de la golden age de los broadway musicals". Partieron con Oklahoma! y otras como El Rey y yo, South Pacific and Carousel, cuya obertura es muy conocida (en versión de un colegio y la canción If I Love you es tan HIT, que incluso cuesta el doble si se compra solita en Amazon (precio normal de canciones 0,99 e If I Love You está en 1,99. Aquí un video de una cantante que, supongo, se quiere promocionar a lo Justin Biever... y aquí el original de la película, que parece que la he visto en algún zapping de TCM o mucho antes en alguna Tardes de Cine o Cine en su Casa). Esta melodía de la mañana fue un descubrimiento como el de los hermanos Shermann las vacaciones de verano pasadas!!!! (otros grandes de hits ligados a la industria del cine...como pista de ellos, aquí va la que ganó el Oscar en 1965) ¿Dónde más supe de R&H? Bueno, la última referencia masiva es en la película La Dama de Hierro, donde Margaret Thatcher (Meryl Streep), recordando a su marido, hace referencia a cuando recién casados fueron a ver el musical de Rodgers and Hammerstein "The King and I". Streep tararea la música e incluso hay racconto a un baile entre ellos dos. Dónde vi la película? Legalmente, claro....en el cine Lan500 a Miami.... Bueno, así es como la música se cuela en cada minuto de nuestra vida cotidiana....con miles de pequeñas historias, autores, visiones de personas dedicadas al entertainment, los medios y las comunicaciones y la mayoría de las personas, apenas lo nota....pero lo disfruta, con lo cual el objetivo se cumple siempre....y al escribir este mail, yo me siento parte de ello. Y parafraseando a Pamela L. Travers cuyo personaje es muy conocido, me despido con la siguiente frase que resume claramente el espíritu de este lunes, comienzo de semana en el trabajo. Porque la música es precisamente esa cuchara llena de azúcar: "In every job that must be done, there is an element of fun. You find the fun, and - SNAP - the job's a game!"

Tuesday, November 15, 2011

♪ ♫ Smelly bag, smelly bag ♪♪♪ (cántese a lo Phoebe de la serie Friends)

(Crónica de un viaje de trabajo y las peripecias al llegar a Miami desde Atlanta, descritas en un mail enviado a la familia el 20 de abril de 2011)
Hola familia!!!
Por si acaso, no se preocupen, que los tremendos tornados son en North Carolina y nosotros estamos bien....bien cansados. A un día de regresar, les cuento toda la serie de aventuras del día de hoy. Todo comenzó a las cinco de la mañana cuando nos levantamos. Como me había acostado a las 2 AM haciendo maletas, dormí tres horas. Como zombies nos fuimos al airport. En el avión apenas pudimos dormir, porque los asientos no se reclinaban: nos tocó justo los de delante de la salida de emergencia...En fin, llegamos a las 10 AM a Miami, y cuando esperábamos las maletas, comenzó a salir un olor medio raro de la cinta de maletas. Supuse que serían las gomas o que venía de afuera o el aire acondicionado. Era un olor muy malo. Bueno, salieron las maletas y la mía, una nueva que compré para traer todo (un macro bolso samsonite, en plan familiar), salió toda mojada y muy olorosa, muy "smelly". Olía muy mal, y supusimos que se había caido a un charco (como llueve tanto...). En fin, que fuimos al hotel y nos dijeron que era too early. Ya estábamos apurados, porque a las 12:30 teníamos que estar en Univisión...y eran ya las 10:30. Como es un hotel dentro del airport, por razones de seguridad no guardan equipaje, y por la hora, ni habitación nos dieron. En fin, que tuvimos que dejar las maletas en un local de custodia, cinco maletas a 8 dólares cada una. Cuando les pasé la maleta "mojada y smelly", las encargadas dijeron, "uf, qué es ese olor tan "fishy"? Mi maleta olía a pescado!!!! Y dentro viene toda la ropita que compré a los niños!!!! Pucha, ya me piqué y me enojé. Entonces, las encargadas me dijeron que fuera Delta a reclamar, así que camino al bus del rent a car pasé a Delta, a lo de las maletas a reclamar. No era el único "fishy". Había una señora que también tenía sus maletas "pasadas por pescado", pero lo peor era que su hijo iba a llegar a las 11 AM en un avión ambulancia desde Brasil. Glup, le pregunté qué había pasado: una ola lo dio vuelta en la playa y se había fracturado unas vértebras del cuello....no se movía del cuello para abajo. Pero me dijo que no se había roto "the spine" y que probablemente se recuperaría. Thanks God le dije y seguimos reclamando por lo fishy de las maletas. Al final, Delta me ofrecía un vale por descuento en vuelos de Delta por 25 dólares, cuec!!! Lo otro era hacer una reclamación formal. Como estábamos apurados, no hice nada y dije "I will comeback", claro que con tono conciliador y no de Terminator, porque quería una solución.
Bueno, gracias a Dios llegamos a la hora a Univisión. Estacionamos, nos dieron las credenciales y entramos. Nos vino a recibir "la contacto", y nos llevó a una oficina bien formal y sencilla y adivinen quién estaba ahí....sí, Don Francisco. Nos estaba esperando!!! Nos recibió, nos hizo pasar, nos sentamos y nos pusimos a conversar. Plop!! Sucede que "la contacto" resultó ser la asistente de "Mario" en Miami. Ni les cuento el resto del día: nos fuimos del canal a las 10:45 de la noche. Nos pasamos doce horas en el canal junto a "Mario" y su equipo. Era día de grabación de Sábado Gigante: estuvimos en las reuniones de libreto con todo el equipo (Mario y Javier Romero incluidos), luego en las de producción, luego entrevistas con el coordinador de piso/asistente/amigo de Mario, entrevista con los montajistas, con los camarógrafos, con el productor ejecutivo (Cuco Arias), con el productor general de Don Francisco Presenta (sí, Eduardo Fuentes, el mismo, no pasan los años por él), con el director de Sábado Gigante y con el productor general, Marcelo Amunátegui. Estuvimos en el switch montón de rato, y después como dos horas en el estudio. Cuando entramos, el voz en off, al que le dicen "Ultratumba", porque es una voz que viene del más allá y no se ve quién es, dijo por los parlantes "saludamos a nuestros amigos del Canal 13 de Chile que están de visita a Sábado Gigante!!", y el público se puso a aplaudir, y nos iluminaron con un seguidor mientras entrábamos al estudio....jajajajaja. Claro que de Canal 13 no tenemos nada, apenas el 40%, si es que...jejeje. Entre segmento y segmento íbamos conversando con parte del equipo del programa, incluido Don Francisco. Se acercaba y nos decía, qué tal, les ha servido? Y luego, al final nos pusimos los tres a conversar mientras entraban el "carro cero millas nuevecito de paquete color velde". Como la concursante no se lo ganó, Mario se acercó nuevamente para conversar con nosotros sobre la TV, los programas como éste, y el ritmo de trabajo: mañana iba a grabar todos los enlaces de los comerciales para los tres Sábado Gigante que hacen y el jueves tenían otra jornada de grabación de todo el día como hoy. Eso toca tres semanas al mes. Puf!, de que trabajan, trabajan, y mucho. Ya se imaginarán lo bien que lo pasamos, pero agotados porque fue una tirada grande...y sin almuerzo, sólo un café en el receso de una hora, a las 7 PM. Al menos era café cubano recién colado....estaba harto bueno.
En fin, que cerca de las once de la noche estábamos enfilando hacia el aeropuerto para a) recuperar nuestras maletas, incluida la fishy one, y b) hacer el check in en el hotel del airport. Menos mal que pudimos hacer b) e incluso conseguimos por US$50.- quedarnos hasta las 8PM de mañana. Lo malo es que no pudimos a). Como era una "tienda de custodia de maletas", con rayos X y todo para ver qué hay dentro de ellas, tenía horario de atención y cerraba a las 21 horas (increíble, pero cierto, custodia con horario de atención en el aeropuerto). Así que supongo que "the fishy bag" debe estar pasando de olor a pescado a todo el resto de las maletas de la tienda de custodia. Lo malo, es que la voy a recuperar mañana en la mañana y lo que va a pasar a fishy es la habitación del hotel. Con todo esto, capaz que los del SAG se pongan pesados y crean que traigo un contrabando de caviar en la maleta. Pero es puro olor, horrible, pero olor nada más.
Bueno, mañana por la mañana, mientras pasamos todo el quinto piso del hotel con olor a pescado, nosotros iremos a sendas entrevistas con nuestra amiga Jeannette Kaplún de Viva la familia (Telemundo) y con otra productora de tamaño medio, pero que trabaja para grandes cadenas de América Latina en Miami.
Bueno, nos vemos el jueves....y Gabrie, anda preparando el lisoform para la "fishy smelly bag".
Cariños,

Francisco.

PD: por cierto, los de Delta me dijeron que probably se había roto un contenedor con pescado y que el líquido había "bañado" a las maletas. Lo que pregunté a continuación fue: ¿acaso el pescado viaja junto a las maletas? Y la respuesta fue sí. Y luego, ¿pescado en Atlanta? pero si no tiene mar!!! Ante eso, no hubo respuesta. Plop, era menos grave negar lo anterior. Pero bueno, mientras vayan pensando en cómo sacar el fishy olor a un bolso con ruedas, a los tylenol varios, al dobla/plancha/ropa, a ropita de guagua, a unas zapatillas, en fin. Hay cosas peores. Pero no podrán negar que fue un día entretenido, jajaja. Cariños!

Fantásticas vistas gaudianas en una Barcelona cambiante


(Mail enviado el 15 de noviembre de 2011 a la familia, amigas y amigos que saben de mi afición por la ciudad de Barcelona)
Querida familia, queridos amigas y amigos:
Con ustedes estuve en distintos momentos en Barcelona y recuerdo la o las muchas veces en que juntos fuimos a visitar la Sagrada Familia. De noche, de día, al mediodía, en la mañana de un domingo o de un sábado, mientras los novios se sacaban fotos en las plazas de enfrente para armar su álbum, antes de continuar posando en otras postales como el Parque Güell, la Casa Batlló, la Pedrera o parques como la Tamarita, en Sant Gervasi. A la obra maestra de Gaudí, llegamos a pie, en auto, desde la Diagonal o bajando por el Paseo o Avinguda Gaudí, en metro línea 5, la azul que entonces tenía los vagones más viejos, ruidosos, lentos y feos de Barcelona, o en la recién inaugurada estación de la línea 2, color lila. Eran tiempos de peseta, con ecos de Felipe González diciendo adiós, de post euforia olímpica y de una ciudad aún asible con la mano. Entonces, hace quince, diez, o seis años, sólo se podía acceder a las torres de la fachada de la Pasión y de la Natividad, y a un pequeño museo. Por las rendijas de los portones que daban a calle Mallorca, apenas se veía un entramado confuso de pilares como un bosque, en lo que sería la nave central.
Cuando fui en mayo de este año, me encontré con una Barcelona llena, multicolor, indignada y acampada. Por la Sagrada Familia ya no pasaba sólo el metro y todavía resonaba la crítica sobre el eventual peligro del túnel del AVE pasando bajo los cimientos de la iglesia. Hace quince años, me regodeaba con mi cámara reflex marca Zenit made in URSS, para encontrar el mejor ángulo en que cupiera en un solo encuadre alguna de las fachadas de la basílica. Hoy el regodeo es imposible, porque ni con photoshop se logran sacar los buses que rodean la Sagrada Familia, impidiendo disfrutar las claves de su fachada. Suerte tuvimos quienes la pudimos contemplar limpiamente.
Y suerte la que tuve también cuando regresé este año a visitarla. La fila para entrar daba vuelta a la manzana. Pero como en verdad iba a misa, ese domingo a mediodía me resignaba a sólo poder visitar la cripta, que es donde habitualmente hacen la eucatistía, y a la cual se accede por fuera y detrás de la iglesia. Así que me salté la fila y pregunté cómo se llegaba a la misa, con la seguridad de que no me negarían el acceso a la cripta. Pero como no estaba enterado de las noticias locales de Barcelona, no sabía que un loco, semanas antes, en vísperas de Pascua de Resurrección, le prendió fuego a las cortinas de la cripta y se incendió completa. Y fue así como ese día domingo, preguntando por la misa, me abrieron las puertas, entré a la nave central de la basílica y me ubiqué detrás del altar mayor, que es donde temporalmente estaban haciendo la eucaristía. Sin quererlo ni planificarlo, me pasé una hora admirando el ingenio de Gaudí y dando gracias por tamaño regalo dominical.
Y hoy, justo seis meses después, recibo esta presentación con tremendas fotos de su interior. Para quienes no han podido ir de nuevo, los invito a verla. Si no les gusta la música de fondo, pueden bajar el sonido. Disfrútenla.
Un fuerte abrazo,

Francisco

(Nota: la presentación es un pps con fotos del interior de la Sagrada Familia).

Thursday, January 27, 2011

Recuerdos de un gran profe

Hace un par de semanas, en Facebook me enteré que el profesor Julio Penna, que me enseñó técnicas manuales a partir de séptimo básico, en 1983, tiene Alzheimer. La noticia la dió el entonces inspector de educación básica, Raúl Tonacca, al comentar una foto publicada del profesor en esa red social. En ese comentario él mismo hace alusión a aquello por lo que pasamos muchas generaciones y que el profesor Penna recordaba cuando conversó con el Sr. Tonacca: “¿Quién no recuerda ese juguete, que, con bastante cariño, fabricaba cada alumno para navidad y para los niños más necesitados? Gracias... que el Señor,y nuestro padre Don Bosco bendiga a todos.”"

Pues bien, este post ha generado más de una treintena de ex alumnos del Don Bosco de La Cisterna recordando la excelente formación que este profesor nos dio, junto a otros como Lorenzo Damone, el propio Raúl Tonacca, Antonio Reichel, Carmen Jorquera Luna. Aquí va un recuerdo de lo que fue el taller del Profe Penna:
"Dentro de la enfermedad y lo triste de la situación, siempre la alegría surge de alguna manera. Basta ver los comentarios de todos quienes fuimos alumnos del Sr. Penna. Harto empeño le puse al camión. Cada vez que veo una botella de bebida ...de plástico, me acuerdo que usamos una como compartimento de carga en los camiones que hicimos el año 84, en octavo básico. Ese mismo año dejé mi huella en el taller: puse una tuerca en la prensa, una tremenda de grande que había, y como la puse en la esquina, al apretar la prensa, saltó un trozo de ella. Ahí quedó la esquina rota. Pucha que me retó el Sr. Penna, pero precisamente no fue con rabia, sino que lo hizo con el sentido de lección. Un fuerte saludo para él y su familia. Aún conservola cajita de mandera que hicimos en técnicas manuales. En ella guardo mis más preciados recuerdos." (publicado en Facebook, enero 2011).

Thursday, December 16, 2010

Le puse play y la hoja se llenó.

Estamos a nueve días de Navidad. Como en las películas, me imagino el encuadre conmigo en un costado, sentado en el metro, con mis audífonos puestos mirando hacia adentro. Al pie del fotograma la frase dice "Santiago, nueve días antes de Navidad". O mejor en inglés, "Santiago, nine days before Christmas". Anoche, un minuto antes de que terminara el plazo, logré poner las notas de mis cursos de este semestre. Como un café derramado, que ocupa cuanto intersticio hay y lo empapa todo, el proceso de poner notas cada fin de semestre no me deja minuto para otra cosa. Y por lo mismo, el plazo fatal de la medianoche para poner las notas hace que el día siguiente se plantee como una página en blanco, vacía, per con todo por hacer. Y ahí estaba yo, en el vagón del metro, sentado, con mi bolso tipo bandolera abierto buscando algo para leer, cuando decidí escuchar música. Hurgué en el bolsillo del bolso buscando los audífonos, me los puse cuidadosamente, saqué el iPod y le puse play a lo que estaba en pausa desde hace dos días. Fue entonces como la música gatilló un mecanismo de precisión relojera. Con las canciones de Ketama de fondo, aquel lienzo en blanco se fue llenado de olores, sonidos, rumores de calle, ecos de amistad sincera, voces que arropan, palabras vestidas de tinta que aún habitan en papeles y postales. Ráfagas de amigos, gestos, detalles, sabores, fueron completando este collage que comencé un día de otoño con una carta que llegó a mi casa. El sol del mediodía entraba por la ventana y daba sobre la cama. Ahí había dejado el sobre con el logo de la universidad a la que postulaba que no me atrevía a abrir. En su interior estaban las palabras que me llevarían unos meses más tarde a un mundo nuevo, pero familiar, sorprendente, pero sin secretos, crítico, pero tolerante. Desde esta parte del camino, esa carta estaba llena de hojas por escribirse. Algunas vinieron de vuelta, otras se quedaron en calles ajenas hechas propias, en escaleras de metro en madrugada, bajo la mesa de un bar, o entre las notas de alguna canción de moda. Cuando escarbo entre los recuerdos encuentro todavía papel sin usar, con sus líneas esperando completarse con alguna frase. Aún estoy de viaje, todavía no he llegado, y mientras tanto seguiré completando este collage interminable de la vida.

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Thursday, September 03, 2009

Nietos del Winnipeg

{Esta columna la escribí para El País de España hace seis años atrás, mientras terminaba mi doctorado en Barcelona. No sé si finalmente la publicaron, pero estoy seguro que aquí se constituirá en un homenaje a mi abuelo y a los 2.200 españoles que llegaron a Chile en búsqueda de la esperanza}


Cuando tenía nueve años me enteré de que tenía un tío que no conocía. En Chile, nuestra familia era pequeña y no muy numerosa: mis padres, mis dos hermanos, mis abuelos maternos, un tío y dos tíos abuelos. Toda la familia de mi padre estaba en Asturias, pues él se había ido a Chile a principios de los sesenta, con apenas 19 años. Sin embargo, este nuevo tío que de la noche a la mañana llegó a mi corta vida, no engrosó la familia en Chile, porque vivía en Bélgica, adonde se había trasladado desde Andalucía buscando un mejor porvenir. A esas alturas yo sabía que tenía tíos, tías y muchos primos en Gijón, Santander y en Barcelona, y tener parientes cerca de Bruselas le añadió un poco más de europeísmo a la familia. Entonces yo no comprendía la magnitud del drama y el dolor que estaban detrás de la historia de mi tío en Bélgica y de mi abuelo materno en Chile. Él contaba muy pocas cosas de la Guerra Civil. Como buen andaluz sabía hacer un muy buen gazpacho y entre ingrediente e ingrediente a veces me contaba algo. A Chile llegó buscando una nueva vida que la guerra le había destruido. Después de participar en la Batalla del Ebro volvió a su pueblo cordobés donde había dejado a su familia, su mujer y dos hijos. “Córdoba -así le decían en el frente-, ¡si vas al pueblo te van a matar!”, le gritaban por el camino quienes le conocían. Apenas estuvo un par de días y se tuvo que marchar. Efectivamente, como comisario republicano que era, en España su destino era encontrarse con una bala o un tiempo indefinido en prisión. Así comenzó su peregrinaje hacia la frontera francesa. Solo, con su uniforme militar, llegó al campo de refugiados, aunque mi abuelo siempre lo llamó campo de concentración. Y al parecer fue ahí donde se enteró de un barco que estaba llevando republicanos a Chile. La persona a cargo de la operación era Pablo Neruda, con quien mi abuelo se entrevistó. Sentado en una mesa recibió a mi abuelo. “¿Usted sabe a qué va a Chile?”, le preguntó el poeta. “Sí señor, a trabajar”, le contestó. “Eso mismo, a trabajar y dos consejos: no se meta en política y nunca le quite el trabajo a un chileno”. Dicho esto, Neruda añadió a mi abuelo a la lista del Winnipeg y le dio algo de dinero. Con 29 años, el grado de comisario del Ejército Republicano, apenas algunos recuerdos que llevaba consigo y una metralla que le había llegado en la espalda, se embarcó hacia un destino del cual poco había oído hablar. Atrás dejó su tierra, su mujer, sus hijos y una lucha por un ideal, para llegar a Chile a formar una nueva familia y cumplir con el consejo de Neruda: trabajar, y mucho. Nunca pude ver su carné del Partido Comunista Español ni su afiliación a Comisiones Obreras. El miedo a represalias y a la persecución política posterior al golpe de Estado del 11 de septiembre de 1973 en Chile, lo llevó a quemar todos los recuerdos que traía de la guerra. Así, lo único palpable para mi fueron sus historias y esa metralla incrustada en su espalda y que aún a sus 86 años me mostraba, días antes de que yo partiera a Barcelona a estudiar....la última vez que lo vi, sentado en su puesto de siempre, con su mirada llena de vivencias, de alegrías y penas. Y hoy camino por las ramblas que él también recorrió hacia el exilio, y tengo la suerte de compartir con aquella familia que él tuvo que dejar hace más de 60 años y de poder visitar a su hijo, ese nuevo tío que llegó a mi vida hace ya 22 años.


A la memoria de mi abuelo, Antonio Medina Castaño, y por su legado a ambos lados del Atlántico.


Francisco Javier Fernández Medina.

Wednesday, April 09, 2008

Hola

Sólo quiero saludar de nuevo y dar gracias a Dios por todo.
Espero poder continuar posteando más a menudo.
saludos!

Thursday, February 01, 2007


Mis abuelos paternos. Apenas los vi una vez en mi vida, cuando viajamos a España el año 80 y yo tenía apenas nueve años. Sin embargo, lo recuerdo todo y mi imaginario de niño y de lo que es España para mi lo debe todo a ese viaje. El de la izquierda es mi abuelo Genaro y a su lado, sobre la hierba, mi abuela Luisa. La foto debe ser de principios de los años 30, seguramente antes de la guerra civil. Parece que aún no se habían casado. Gracias nuevamente a Nel Melero.
Y para añadir más imágenes a esos recuerdos que solamente fueron palabras e historias para mi, aquí va una foto donde aparece mi tía Maísa (la segunda de izquierda a derecha). Si no me equivoco, a su izquierda estaría mi tía Raquel, que era mayor que ella.
Lo que no sé, es si quien aparece en el extremo derecho es mi tía Chelo. Si es así, ahí en esta foto estarían las tres hermanas de mi papá en sus años de mozas.

El fútbol en los cincuenta

El segundo de los que están agachados, de izquierda a derecha es mi papá. En la foto tendría unos dieciséis años, allá a finales de los cincuenta. Quienes me conozcan verán "cierto" parecido. Quienes no, pues bueno, vean la foto y se harán una idea de cómo soy. La foto es en Panes, no hay duda, el pueblo donde nació mi papá. Probablemente sea hacia la brañona, cerca de la orilla del río.
Otro recuerdo de tiempos perdidos, aunque recuperados gracias al afán de Nel Melero, de cuyo sitio saqué el link de la foto.